Un evento plagado de sorpresas, regalos y diversión para los 909 niños que con esfuerzo, constancia y el apoyo de sus padres y maestros lograron formar parte de la generación 2017 de Niños de Diez, se realizó ayer, con la iniciativa del Director General de Grupo Cantón, Miguel Cantón Zetina, quien aseguró estos niños son el orgullo de Tabasco.
En punto de las 10:30 horas hicieron su arribo las autoridades estatales, encabezadas por el Gobernador Arturo Núñez Jiménez, el alcalde de Centro, Gerardo Gaudiano, la delegada de la SEP, Olivia Azcona, el secretario de Educación, Ángel Solís, el director del Cobatab, Jaime Mier y Terán, el rector de la UJAT, José Manuel Piña, el diputado federal Candelario Pérez Alvarado, y la titular de Conafe Aracely Quevedo.
Arranca la gran celebración
Los invitados especiales fueron recibidos por el Director General de Grupo Cantón, Don Miguel Cantón Zetina, el director del programa Niños de Diez, Rafael Cantón, y el director ejecutivo de grupo Cantón, Miguel Cantón Martínez de Escobar.
Teniendo como padrino de lujo al ídolo de la lucha libre mexicana Octagón, y con el respaldo de las autoridades federales, estatales y municipales, Don Miguel Cantón hizo entrega de reconocimientos y regalos a los Niños Leyenda.
Tras un cañonazo que desató una lluvia de confeti y con el grito de júbilo de los padres y niños de diez, vino la fotografía oficial, que será impresa en los próximos días en un calendario especial, como un reconocimiento al esfuerzo de los niños.
Reconocimiento especial
El Gobernador del estado, Arturo Núñez Jiménez, hizo entrega de un reconocimiento especial al padrino de la Generación 2017 de Niños de Diez, Octagón, por una trayectoria ejemplar en la lucha libre, y por su participación en el evento que impulsa a la educación.
Cerca del medio día, tras concluir el acto protocolario, quedó abierta la feria de patrocinadores, un área de juegos y concursos instalada especialmente para los niños al interior de la Nave III, donde las pistas de Go Karts, los juegos inflables y las burbujas rodantes fueron la sensación para los niños, que hacían fila para subirse una y otra vez a los juegos de la miniferia.
