Juan Carlos Osorio aguardó cerca de media hora para salir del palco, ese lugar que fue su refugio durante toda la Copa Oro en que no pisó la cancha por la suspensión de seis partidos que sufrió por sus exabruptos en Copa Confederaciones.
Escoltado, escuchando gritos de “¡fuera, Osorio!”, el colombiano abandonó el Rose Bowl escoltado por varios elementos de seguridad y acompañado en la primera parte del trayecto por el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Decio de María.
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Sin dar declaraciones, el director técnico del Tri salió del elevador en la planta baja del inmueble, donde lo esperaba una furiosa multitud. “¡Ya estamos cansados!”, fue lo primero que escuchó el timonel.
Sin embargo, también fue multitudinario el círculo de seguridad que rodeó al entrenador. Decenas de elementos de seguridad privada lo cuidaban a cada paso, mientras que otros un poco más lejos le iban abriendo el camino, incluso con un policía local custodiando la espalda del estratega.