Para los tulumenses, nativos o adoptados, este pueblo es el verdadero paraíso. Alejado del bullicio y la vida nocturna de Playa del Carmen y Cancún, posee una cultura maya muy arraigada, y tiene en la sencillez a su mejor virtud.
Los que llegan a vacacionar experimentan la tranquilidad que cautivó a muchos de los extranjeros que se han decidido a dejar su país de origen, para hacer una vida en este lugar.
"El encanto es que aún puedes sentir el Caribe al natural. Puedes encontrar lugares de primera calidad, pero al mismo tiempo puedes irte a la Reserva (Sian Ka'an) y quedarte en una playa. No sé si en otra parte de la Riviera exista ésto, creo que se ha perdido en Cancún o Playa", cuenta Alberto Maragno, un italiano que comenzó a vender jugo de caña cuando llegó a Tulum hace cerca de 10 años, y que ahora es propietario de Batey Mojito & Guarapo Bar, uno de los sitios predilectos en el centro de este Pueblo Mágico.
Un lugar de retiro
En Tulum no abundan las discotecas, centros comerciales o grandes resorts. Los lugareños dicen que es común que los que se hospedan en Playa del Carmen o Cancún se den una vuelta por las tardes, para disfrutar de la tranquilidad de las playas.
Una buena manera de experimentar Tulum es hospedándose en alguna de las casas que ofrece la plataforma Airbnb: prepararte un café al amanecer, leer en el jardín, tener el tiempo suficiente para practicar el llamado slow travel, y salir a caminar o andar en bicicleta.