La actriz Carrie Fisher, conocida por su papel en la saga de Star Wars, murió de una apnea del sueño junto a otras causas, informó Reuters citando al juez instructor a cargo de su caso.
Fisher murió a los sesenta años de edad el pasado 27 de diciembre, cuatro días previos a sufrir un infarto durante un viaje en avión y fuese trasladada a un hospital.
La autopsia de su cuerpo ha determinado que la escritora murió de una apnea del sueño, que es un padecimiento que interrumpe la respiración y puede ocurrir en intervalos de unos segundo a minutos.
No se han podido determinar los otros factores que pudieron llevar a su fallecimiento, aseguró el juez instructor en un comunicado, los cuales pudieron deberse a sus problemas ocasionados por el alcohol y las drogas.
La hija de la actriz Debbie Reynolds, quien falleció cuatro días después de su hija a los 84 años, regresaba de Reino Unido tras promocionar su libro “The Princess Diarist”.